Columna do Pastor

21 de Abril de 2024

San Pedro nos ofrece un testimonio firme ante las autoridades judías sobre la salud que Jesús de Nazaret les ofreció a todos los que buscaban. Su testimonio no es una queja, sino la proclamación de que Cristo es la persona, sin la cual nadie se puede salvar. En la segunda lectura, San Juan nos asegura que somos hijos e hijas de Dios aunque el mundo no nos reconozca como tales; de hecho la imagen del Pastor y las ovejas que aparece siempre en el Evangelio de este cuarto domingo de Pascua, nos muestra la íntima relación que tenemos con el padre por el Hijo en el amor del Espíritu Santo. Esta relación no hubiese existido si la entrega de Jesús en la Cruz y su Exaltación Gloriosa.

La antífona del Salmo de hoy resume el sentimiento de los primeros cristianos ante el rechazo y la persecución: "La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular". Cristo es la primera piedra angular sobre la cual nuestra fe y nuestra Iglesia han sido construidas y han crecido en el tiempo y el espacio. La Palabra de hoy nos ofrece varios elementos que se pueden expresar en la liturgia con previa preparación: el testimonio apostólico, la intimidad con Dios por el bautismo, la forma en que el Padre siempre nos acoge, a pesar de nuestra desobediencia. Se recomienda que, durante los domingos de Pascua—en las comunidades donde se iniciaron elegidos adultos-algunos de ellos den un testimonio breve después de la oración final de la Misa y antes de la bendición y despedida para compartir con los fieles su jornada de fe y su nueva vida en la Iglesia.

Juan J. Sosa